viernes, 31 de julio de 2009

Electrónica Necesaria






A continuación, algunos aparatitos improbables que nos harían la vida más llevadera y ayudarían a gestionar fantásticamente la siempre complicada interacción con el prójimo.


El electrodo Anti-Pensamiento
 Sería bueno tener un chip, instalado con discreción en un electrodo, que permitiera suprimir una parte de las señales que emite el cerebro en momentos críticos como por ejemplo, un despecho. ¿Que aquel no te quiere y pasa de ti, tus llamadas y tus mensajes? Usa el chip. ¿Que ella se ha largado con otro y te dejó con el marrón de vender el piso y repartir los muebles, con todo lo que eso implica? Chip con eso…¿Que pasó la noche contigo y te gustaría volver a verle, pero no ha vuelto a dar señales de vida?...Recurre al chip. Y así en miles de situaciones más en las que el letal virus del ‘over thinking’ nos joroba la existencia.

 Tendría que tener un precio relativamente solidario y a ser posible distribuirse en packs de por lo menos dos unidades, para poder tener un stock  de repuesto a mano en caso que uno de los electrodos se joda o se pierda, no vaya a ser que nos quedemos con el maldito pensamiento destructivo taladrándonos la cabeza y en los peores casos, también el corazón.


 El dispositivo Atrapatiempo
 Debería ser pequeño y portátil, con el aspecto inofensivo de un mp3. Pero no serviría para reproducir música o video sino para detener el tiempo o matarlo, según la necesidad del momento.

 Poder pararlo por ejemplo cuando (click) nos dan un beso que sabemos irrepetible (click) tenemos un raro momento de felicidad o (click click) estamos de vacaciones en una playa paradisíaca rodeados de palmeras y tomando una cerveza bien fría. Dándole al botón de ‘mode’ podríamos pasar de ‘Stop’ a ‘Kill’ y podríamos matarlo cuando (click click) esperamos inútilmente en una fila interminable, (click pit pit piit) nos preguntemos cuándo nos llamarán de alguna de esas empresas en las que hemos echado el CV o (click click tuc tuuc tuc…esto sería una función especial, por la que seguramente habrá que pagar plus…) aguardamos la dichosa llamada que nos prometieron la noche anterior, cuando todo eran ganas de vernos de nuevo. El efecto no sería eterno, ya se sabe, pero al menos podríamos transitar con mayor tranquilidad  por esas circunstancias puñeteras que no dependen de nosotros sino del famoso ‘paso del tiempo’, al que siempre nos remiten esos raros seres capaces de tener paciencia o resignación.


El artefacto Ahuyentaodios
  Un cacharro con pinta similar a la de los ventiladores verticales. Serviría para quitarnos la mala leche (tan inútil, pero tan adictiva) sobre todo en casos donde no tiene sentido padecerla. El odio que nos genera el cabrón de nuestro jefe. La mirada torcida que le regalamos al simple recuerdo de aquella lagarta quitahombres cuyo nombre no queremos ni mencionar. El nudo en el estómago ante el número del ex novio guardado en la agenda del móvil. Todo esto desaparecería con sólo encender el Ahuyentaodios en una de sus tres velocidades (a saber: Cabreo Leve, Gran Cabreo o Rabia Satánica) y dejar que la brisa que emite nos arrulle un rato y nos despeine las ideas. 

 Eso si, al igual que con el dispositivo Atrapatiempo, el efecto de este aparato no es eterno. Toca enchufarlo a diario y ser constante como con los anticelulíticos (que al igual que el odio, una vez que se instala es muy jodida de erradicar, aunque si puede disimularse).


El Detector de Peleas
 Se instalaría en los techos de las casas, como esos aparatitos que detectan el humo y emiten un pitido si se empieza a quemar el asado, pero esta versión haría ruido en caso de descubrir que se acerca una discusión.

 El mecanismo de detección sería la mar de sofisticado y la intensidad y frecuencia de la señal acústica dependería de la magnitud del pollo que está en puertas. Por ejemplo, un sonido leve ante preguntas  típicas como ‘¿Joder, otra vez alubias para cenar?’, otro un poco más agudo para interrogantes de calibre medio-alto como ‘Te he estado llamando durante toda la tarde y no contestaste, ¿dónde estabas?’ y una alarma intensa y repetida cuando algún despistado suelta un desafortunado ‘Cariño, ¿te has echado un par de kilos?’ o el letal ‘Ya me lo advirtió mi madre desde la primera vez que te vio…’. Esto, en su versión doméstica, pero existirían diferentes modelos para instalar en los lugares de trabajo o cargar en el bolso, como un móvil, para usarse en reuniones sociales con invitados conflictivos, imprudentes o poliamorosos. No hay que descartarlo como aplicación extra para los GPS en los coches, que pelear y conducir no son dos verbos que combinen bien.

El único defecto del Detector de Peleas es que sólo tiene un efecto preventivo. Para evitar el rigor de una discusión apocalíptica el usuario tiene que tirar de esa virtud escasa llamada sentido común, que es la que finalmente permite salvar los muebles desviando el tema o pidiendo disculpas. Sin sentido común, un usuario lerdo puede caer fácilmente en la trampa de gritar ‘¿¡Y QUÉ MIERDA HACE EL CACHARRO ESE PITANDO!?, ¡LE VOY A DAR UNA OSTIA!’, cargándose así no sólo la inversión que implica la compra e instalación del detector, sino la filosofía misma del producto. Habría que tener cuidado con esto y tomar en cuenta que el fabricante no acepta devoluciones ni emite reembolsos para gilipollas.

También forman parte de esta lista otros chismes maravillosos como: 

-El chip Espantaplastas (para ellas) o Espantaperritas (para ellos, sobre todo cuando tienen a una ‘ella’ fija)



-El Radar Rosa (también conocido como ‘Gaydar’, muy útil para salir de marcha y no equivocarse al ligar)


-El Desvanecedor Personal (conocido en ciertos mercados como el ‘Trágame Tierra’)

 Si alguno de ustedes, señores lectores, tiene alguna patente interesante que agregar a este catálogo imposible, sírvase por favor de compartirlo con la audiencia y contribuir con el avance de la ciencia y la salud mental colectiva.  Muchas gracias.

8 comentarios:

rosa dijo...

Hola Gabriela, cuando puedas me envías a casa uno de cada... ja,ja,ja muy ingenioso.
un saludo
rosa.-

pluiedenovembre dijo...

Hace falta una advertencia: no leer mientras se toma el café o cualquier otro tipo de bebida.
Excelente G, me he reído tanto tanto...
Un beso ♥

eSadElBlOg dijo...

yo siempre he pensado que algunas personas deberían tener un botoncito "mute" en la mejilla, para ellos solo sería un lunar o un piercing, para el resto un alivio.

G* dijo...

Yo en este momento enchufaría el Ahuyentaodios en máxima velocidad (rabia satánica) y me bebería dos o tres pastillas de Paciencina* combinadas con un shot de tequila... :D

Gracias por leerme,

G

* La Paciencina es una de las medicinas incluidas dentro del catálogo de Farmacéutica Imprescindible, que publicaré la semana que viene...Stay tuned...

RAPM dijo...

Yo solo haria un desarrollo al primero (seguramente lo haría un japo antes, con eso de la filosofía de hacerlo todo más pequeño y eficiente). Como a un microchip le caben miles y miles de transistores, pues uno por pensamiento, 1 apagado y 0 prendido. lo digo por cuando hay una "tormenta perfecta" de recuerdos o de pensamientos, de esas que parecen una avalancha, y cada uno va arrastrando al otro...
needless to say, brilliant...

felipe araujo torres dijo...

Siempre he querido un comando ctrl+z para la vida real. Tendría que tener, como el del Photoshop, un historial de hasta unos 20 - 30 pasos por lo menos, pues a veces uno se da cuanta de que la ha cagado un poco tarde!

También quiero un ctrl+c/ctrl+v. a veces tenemos que explicar mucho a mucha gente y nos ahorraría un trabajo increible.

A veces quisiera un Esc, por razones obvias, un Pg Dn y Un caps lock. Este último para que hiciese evidente la importancia que para mi tiene lo que estoy diciendo según en qué momento!Pero tambien quisiera una barra espaciadora, un tabulador y un enter, para cuando los mensajes con los que me bombardean son muchos en muy poco tiempo...

Quisiera que se pudieran hacer capturas de pantalla en la vida... estas no serían iguales a las fotos, pues contendrían pensamientos, sentimientos, sonidos, olores, y hasta hipervínculos...

Quisiera tambien poderle bajar el volumen a la vida a veces, o ponerla en mute... Para aquellos que lo necesiten, estaría bien que se le pudiera subir el volumen si lo desean...

quisiera a veces que todo lo que me intriga, me gusta o me interesa se abriera hacia a mi tras un gesto tan sencillo como el del doble click... y si la vista a travez de estas nuevas ventanas no resultara agradable, que se pudieran cerrar para siempre sin dolor, ni efectos coloaterales. Osea sin cookies, ni archivos temporales. Un borrado de memoria caché!.No de toda la memoria...

Quisiera navegar por la vida abriendo nuevas pestañas simultaneamente....

Demás esta decir que quisiera un antivirus potente, un firewall infranqueable, y un scanner de archivos corrompidos. No solo para las enfermedades, sino para prevenir la basura... Un anti -spam, Un boton de reset, un modo descanso,

Todo esto lo quisiera, pero me temo que necesitariamos un procesador muy potente, se nos recalentaría la fuente de poder, y necesitaríamos servicio técnico y reemplazo con frecuencia, hasta quedar obsoletos en corto tiempo...

muy bonito gaby, felicidades!

G* dijo...

Felipe, me gusta ese paquete informático que propones. Deberíamos desarrollarlo, con versiones para PC y MAC. Le haríamos un favor al mundo... ;)

Gracias por pasarte por aquí.

Sonia dijo...

Yo también quiero uno de cada... Y si puede ser, también me gustaría un cacharrito capaz de ahuyentar la rutina. Sería como uno de esos aparatos que se enchufan por la noche para espantar a los mosquitos.
Muy bueno, me he reído mucho.